Sevilla, la capital de Andalucía, es uno de los lugares más apreciados de España en el exterior. Aunque su influencia arquitectónica musulmana es lo más llamativo, -ya que fue ocupada por los moros durante unos 800 años- mucho antes había sido un centro cultural de gran importancia. En ella se registra la existencia, como primeros pobladores, de una muy alta cultura, la tartesa, un pueblo pacífico y culto del que se sabe gracias a las crónicas griegas y a restos arqueológicos.
Pabellón mudéjar
Gastronomia:
El encanto de la cocina sevillana no reside en la complicación o elaboración de sus recetas sino en el estilo y en lo sabroso de sus condimento. Destacan entre sus platos las sabias y simples recetas como el gazpacho, pescaito frito, huevos a la flamenca, cocido andaluz,menudo o el rabo de toro,...
Sin embargo, el sevillano es frugal en sus comidas, siendo lo más típico de su cocina sus tapas; las diversas ensaladas, las huevas de sábalo, los pinchos morunos, pavías de pescado, los caracoles, y las fantásticas aceitunas. Todo ello acompañado por el vino de las tierras vecinas, como el del Aljarafe, el de Jerez, la dorada Manzanilla o el de Montilla.